El fenómeno, además, está haciendo que los modelos existentes de descripción del campo magnético necesiten ser actualizados en forma constante.
Debido a que el núcleo de la Tierra está formado por metal líquido, funciona como un enorme imán con polos positivo y negativo. El campo magnético de tal forma es una "capa" de fuerzas alrededor del planeta entre estos dos polos.
A esta capa se le llama magnetosfera y es extremadamente importante para la vida terrestre y normal del planeta.
"Es el campo magnético que nos protege de las partículas que vienen de fuera, especialmente del viento solar - meteoritos (que puede ser muy nocivo)", explica el geólogo Ricardo Ferreira, investigador del Instituto de Astronomía y Geofísica de la Universidad de São Paulo (USP).
Si bien la pandemia del coronavirus ha resultado más que suficiente para hacer del 2020 un año atípico, durante el transcurso del mismo estamos asistiendo a otros fenómenos que por inusuales y en ocasiones preocupantes están dando bastante de que hablar a los expertos en sus respectivas materias. Así, a principios de abril, el Sentinel-5P mostraba como condiciones atmosféricas poco habituales habían motivado el desplome de los niveles de ozono en el Ártico provocando la apertura de un "miniagujero". De igual manera, a finales del mismo mes, una investigación llevada a cabo por la Universidad de Colorado Boulder y el Instituto de Oceanografía Scripps informaba de que la debilitación de los vientos en el océano Pacífico provocaron en 2019 una anómala ola de calor marina veraniega que batió récords conocida como Blob 2.0
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