Un viejo ermitaño, se refugiaba en la montaña para dedicarse a meditar y orar.
Sin embargo, a menudo se le veía muy ocupado.
Un día, le preguntaron ¿Cómo puede tener tanto trabajo si vive en soledad?
a lo que contestó - tengo varias cosas qué hacer -
entrenar a dos halcones,
entrenar a dos águilas,
tranquilizar a dos conejos,
disciplinar una serpiente,
motivar a un asno y
domar a un león.
No veo ningún animal por aquí ¿dónde están?
El viejo respondió
- son los animales que "todos" llevamos dentro -
Los dos halcones, se lanzan sobre todo lo que se les presenta, bueno o malo, y tengo que entrenarlos para que se solo se vayan sobre las cosas buenas . . . . los halcones son mis OJOS.
Las dos águilas, con sus garras hieren y destrozan, tengo que entrenarlas para que se pongan al servicio y ayuden, en lugar de hacer daño . . . . las águilas son mis MANOS.
Los conejos quieren ir a donde ellos quieren, quieren esquivar las situaciones difíciles, tengo que enseñarles a estar tranquilos aunque haya sufrimiento, problema o cualquier cosa que no me gusta . . . . son mis PIES.
Lo más difícil es vigilar la serpiente, que está encerrada en una jaula, pero ella siempre está lista para atacar, morder y colocar su veneno en cualquiera que esté cerca, por ello tengo que disciplinarla . . . es mi LENGUA.
El burro es muy obstinado, es flojo, no quiere cumplir con su deber, siempre está cansado y se niega a llevar su carga de cada día . . . . . . tengo que lograr dominar mi CUERPO.
Por último, necesito domar al león, que siempre quiere ser el rey, es muy altivo y siempre quiere ser el primero, es muy vanidoso, es orgulloso y se cree el mejor . . . . . es mi EGO.
- no mas preguntas -
te fijaste a que se dedicaba el viejo ?
que tengas buen día.
enviado por mi amigo José Salcedo C.
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