Consejos de un viejo mezcalero . . . . .


CONSEJOS DE UN VIEJO MEZCALERO...
"Mira cabrón, pa´que dejes de andar jodido y estar jodiendo, te voy a dar unos cuantos consejos pa' que vivas bien, y no nomás sobrevivas ¡Mírame a mí!, que me sigo riendo de la vida . . . . "
Agradece por todo, no te quejes, dale gracias a Dios que estás, que sigues, que vives . . . porque a otra bola de zonsos, ¡ya se las cargó la tiznada!
Cuando puedas comer, come. 
Cuando puedas dormir, duerme. 
Cuando puedas disfrutar, disfruta. 
Cuando puedas trabajar, trabaja. 
Y si aún puedes, échate unos tragos, juega dominó, haz el amor y chifla en la regadera. 
Dale gracias a Dios porque tienes salud y deja de quejarte. 
No mijito, altas y bajas siempre han habido y siempre habrán.
Si en la noche no puedes dormir, y estás vuelta y vuelta en la pinche cama, ¡Pos' párate! y ponte a hacer algo, arregla un cajón, escribe una carta, ponte a leer, si te quedas acostado, con los ojos pelones vas pensar ¡puras pendejadas! y lo peor es que después las haces . . . . . Sí ya de por sí  . . . . .
Los problemas grandotes, que son del mundo y que salen en la tele, ésos mijo… mándalos a la chingada, no los vas a arreglar tú. Luego ni les entiendes, no te hagas pendejo. Deja que los que pueden, (si pueden) los arreglen. Pero tú arregla sólo los que sí están en tus manos.
Si te dan, agarra. Aprovéchalo, así sea un chingadazo, un beso o una pendejada, porque no sabes de qué forma te llegan; así que tú ¡agarra y no te apendejes!
¡Ah!, pero eso si: ¡No agarres lo que no es tuyo! cada quien tiene lo suyo, lo que se gana y lo que se merece.
Lo que hagas, ¡hazlo con ganas! y hazlo bien o no lo hagas. Y olvídate de las envidias, tú a lo tuyo, porque nunca sabes cuando vas a valer madre.
Cuídate de los cabrones y aléjate de los pendejos  . . . .  fíjate bien como son, porque hay un chingo, conócelos bien, pa’ que nunca seas como ellos.
Ayuda y escucha a tus amigos, no hables mal de nadie. 
Sé orgulloso, pero no arrogante ni prepotente. 
Sé humilde, pero no agachado. 
Sé valiente, pero no imprudente.
Cuando ganes, sonríe; cuando pierdas, no armes un drama, y si te da la gana . . .  llora. 
Se vale, pa' que se te quite la impotencia. Pero luego luego, afánate en otra cosa.
Nunca te preocupes por lo que no tienes, por lo que no puedes comprar; cuanto cabrón, que tiene todo, está en la cárcel o en el hospital, son bien espantados e inseguros. 
Tú tienes algo más valioso que es tu gente y tu salud . . . . hay otros que tendrán todo pero  . . . . . ¡No tienen madre!
Manda a la chingada a la muerte, que sea ella la que se preocupe por no poder llevarte, 
y no tú, porque ya te va a llevar.
mira mijo: 
"Si la vida te da limones, pos pide mezcal y sal . . . .¡No te pongas a hacer limonada!"