nuestra mente




Disciplina tu mente.

Artículo de la Dra. Miriam Subirana - periódico El país

"Siempre procura hacer lo máximo y lo mejor que puedas. Bajo cualquier circunstancia, haz lo mejor posible y así evitarás culpabilizarte, juzgarte y lamentarte" (Miguel Ruiz)


Disciplinar nuestra mente para controlar nuestros pensamientos nos permitirá gobernarlos y adoptar actitudes saludables. 

Asumiremos la responsabilidad de recrear nuestro destino con voluntad y perseverancia en vez de sentirnos víctimas y quejarnos por estar atrapados en una situación que nos provoca malestar. 
Podemos sustituir el hábito de quejarnos por el de agradecer, para cambiar un hábito y/o sustituirlo por otro necesitamos disciplina y ahora bien, podríamos hacer una lista de todo aquello por lo que podemos dar las gracias. Por estar vivo, por ser quien soy, por aprender y compartir, por todo lo que he vivido.


Una estrategia eficaz es formular pensamientos positivos y usarlos como afirmaciones que fortalezcan la concentración. Podemos elaborar una lista de pensamientos que sean como llaves que podamos usar para abrir el caudal de positividad interior. Por ejemplo: "Yo puedo", "soy más hábil", "soy más inteligente", "todo fue como tuvo que ser", "lo acepto y lo suelto". La meditación es una práctica esencial para fomentar la concentración y llegar a ser capaces de pensar solo lo que queremos pensar.
Entre pensamiento y acción hay un espacio de unos segundos. Podemos cambiar el rumbo de nuestros pensamientos y elegir nuestra acción, para que no sea una reacción impulsiva influida por nuestras energías negativas ni las de nuestro entorno.


Una reacción puede cambiar el rumbo de nuestra vida y el de muchas otras personas. Se trata de responder desde la serenidad, con claridad y determinación, con paciencia y humildad, con amor y entrega, y con sentido del humor. 

Solo cuando hemos logrado la disciplina interior de observar y pensar antes de reaccionar somos capaces de responder así.


Que tengas buen fin de semana ! ! ! 


enviado por mi amigo Jorge Gordillo