Nuestro ADN revela en gran parte nuestra edad, pero por otro lado encontramos lo que se denomina edad biológica o “molecular”, que es la que realmente tiene nuestro organismo. Desde hace varios años, se han desarrollado estudios a este respecto y en concreto los científicos de la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos, han publicado varios estudios de detección y comprobaron que son cinco los factores ambientales que aceleran el proceso de envejecimiento.
TABACO
El humo del cigarrillo es, ciertamente, el *gerontógeno más importante. Es el principal generador del cáncer pulmonar, está relacionado también con la aterosclerosis, la fibrosis pulmonar, manchas en la piel, arrugas prematuras y otras enfermedades asociadas con la edad. Incluso este problema afecta en gran medida a los fumadores pasivos.
* estímulos ambientales externos q afectan los genes.
SOL
Los rayos UV provenientes del Sol, producen un daño directo e irreversible en nuestro ADN. La realidad es que el sol "quema" la piel y sobretodo si no estás acostumbrado desde pequeño a recibir los rayos del Sol, si tu piel no se va obscureciendo poco a poco con el tiempo; el resultado, es que "asolearse" puede ser más perjudicial que benéfico. Los efectos inmediatos es que envejece nuestra piel y puede provocar cánceres muy agresivos, como el melanoma.
OBESIDAD
Cuesta mucho considerarla como un factor ambiental pero lo es, ya que depende de la alimentación y sobre todo del estilo de vida. El exceso de peso corporal (con la edad) es ciertamente natural, pero hasta cierto límite. El cuerpo después de los 20-21 años "embarnece" y es normal, pero el exceso de más de 7 kilos a lo que pesabas a esa edad, está relacionado con problemas ligados al envejecimiento como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares e inclusive el cáncer.
ESTRÉS
No es una substancia, no es una figura propiamente dicho, pero sí es un factor "moderno" que influye en el envejecimiento prematuro. El estrés se genera en términos generales por la carga de trabajo (de cualquier especie), por la falta de tiempo disponible para realizarlo o inclusive para realizar algunas otras actividades "relajantes", por lo que disminuye las defensas del cuerpo (demasiada actividad), provocando enfermedades cardiovasculares y produce un impacto negativo en la memoria a corto plazo.
BENCENO y ARSÉNICO
Ambas sustancias se asocian a una menor esperanza de vida y factor de envejecimiento. El arsénico (presente en las aguas subterráneas) y en el medio ambiente cercano a fábricas de detergentes y limpiadores, disminuye la capacidad del ADN de autorrepararse. El benceno (que se encuentra en las emisiones de los vehículos a gasolina y en la industria transformadora) y también en el humo del cigarro, acorta los telómeros de las células hematopoyéticas, encargadas de formar los componentes de la sangre y acelerar el envejecimiento.
“La edad biológica o molecular difiere entre las personas, en parte por su exposición a los ´gerontógenos´ como, por ejemplo, los factores ambientales que afectan el envejecimiento”, explicó Norman Sharpless, autor del estudio que fue publicado en la revista Trends in Molecular Medicine. “Creemos que analizar a los gerontógenos va a beneficiar el estudio del envejecimiento. Al identificarlos y evitarlos, vamos a ser capaces de influir en la esperanza de vida a nivel salud pública", concluyó.
Fuentes: Muyinteresante.es / Medicaldaily.com / Madrimasd.org
